Debo confesar que en sí, la idea de un espía empresarial no es de mucha atención para mi, por lo tanto generaba cierta desconfianza. Ahora bien, terminando, es un filme con un ritmo demasiado irregular a mi gusto; hay secuencias demasiadas pesadas y lentas, pero con un diálogo, te sumergen de nuevo en la trama. Algunos dicen que se trata entre el equilibrio de diálogo y acción, a mi me pareció un desbalance de grandes proporciones entre ambos tipos de escenas.
El guión no peca de malo, pero tampoco sorprende. Es simple, sencillo y bastante digerible.
Algo que si cumplí antes de ver esta obra, fue escuchar su banda sonora. La cual resulta muy buena al escuchándola sola, así como acompañando a la película, una pequeña joyita que de pronto me hacía recordar películas policiales con un tono cómico, algo absurdo tomando en cuenta el argumento.
Pero sin lugar a dudas, la película es en un gran procentaje el protagonista. Matt Damon está genial, irreconocible (literalmente), y es que después de la trilogía Bourne, mucho me temía que se volviera un Action Man moderno. Ahora, con The Informant! e Invictus, la cual todavía no veo, creo que demuestra que tiene madera para seguir proporcionando grandes interpretaciones para el buen visionado del Séptimo Arte.